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Yo no soy pobre


“Yo no soy pobre, pobres son los que creen que yo soy pobre.Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero sólo para poder ser rico".

“Quiero tener tiempo para dedicarlo a las cosas que me motivan. Y si tuviera muchas cosas tendría que ocuparme de atenderlas y no podría hacer lo que realmente me gusta. Esa es la verdadera libertad, la austeridad, el consumir poco. La casa pequeña, para poder dedicar el tiempo a lo que verdaderamente disfruto. Si no, tendría que tener una empleada y ya tendría una interventora dentro de la casa. Y si tengo muchas cosas me tengo que dedicar a cuidarlas para que no me las lleven. No, con tres piecitas me alcanza. Les pasamos la escoba entre la vieja y yo; y ya, se acabó. Entonces sí tenemos tiempo para lo que realmente nos entusiasma. No somos pobres”

José Alberto Mujica Cordano. Presidente de la República Oriental del Uruguay

Chimeneas de Buenos Aires


Desde pequeño las imaginaba representantes de la Era Industrial, íconos de la incesante labor que se desarrollaba en las fábricas nacionales, estilizadas con los detalles que delataban un inequívoco origen inglés.
En verdad estas ventiletas que todos llamamos "chimeneas" fueron construidas por empresas de origen británico que también desarrollaron el sistema cloacal y pluvial de la Ciudad de Buenos Aires.
Según se cuenta, incluso los ladrillos que componen las ventiletas fueron traídos desde Gran Bretaña, cosa que no sorprende ya que era bastante usual por aquellos tiempos ,que debido a que las obligaciones de los créditos contraídos nos forzaran a comprar todo a Gran Bretaña.
Luego de construido, el sistema fue mantenido y ampliado por Obras Sanitarias de la Nación, posteriormente por Aguas Argentinas y actualmente por AySA. Sus estructuras de ladrillo colorado, mantienen una forma octogonal en todo su recorrido, creciendo en altura de mayor a menor hasta su extremo superior, que termina en un remate de material muy decorativo y agradable, al que normalmente se le suma un pararrayos y una baliza nocturna por si las moscas.
En todas ellas, la base surge a partir de una especie de casamata cuadrada de tres metros por lado de material y de otros tres metros de altura con terminaciones decorativas y desde allí aparece la estructura de ladrillos que en algunos lugares llega a los 35 metros de altura o tal vez más.
Son todas iguales aunque están en distintos puntos de la Ciudad. Fueron hechas entre 1880 y 1920 para ventilar el sistema de cloacas de la populosa Ciudad de Buenos Aires.


Como decíamos, lo cierto es que no son chimeneas de combustión sino ventilaciones del sistema cloacal de la Ciudad. “Estas ventiletas construidas por los ingleses alrededor de 1910 permiten que circule el aire por las cañerías cloacales subterráneas y que venteen sus gases”, confirma el vecino del taller mecánico que está enfrente de la chimenea de Inclán. “Es por eso que siguen rigurosamente el circuito de las cloacas mayores de la Ciudad, que son las que van a desembocar en Berazategui”, completó con total rigor científico.



Efectivamente los residuos cloacales confluían en las cuatro cloacas máximas y llegaban hasta la Planta Elevadora de Wilde, desde donde eran expulsados al río, a la altura de Berazategui. Las chimeneas de ladrillo construidas entre 1880 y 1920 son las que permiten tanto el venteo de los gases que emanan los residuos cloacales y su oxigenación, como su escurrimiento evitando el vacío por succión. Un complejo sistema que, como todas las obras hechas por OSN entre finales del siglo XIX y principios del XX, eran mucho más que una simple obra de ingeniería: eran declamación de modernidad.
La cloaca mayor tiene un diámetro de aproximadamente tres metros, de forma abovedada. La parte más antigua es de ladrillos y las más nueva, que no deben tener menos de 80 años, están hechas con caños de fundición de hierro. De no tener cada tres ó cuatro kilómetros un tubo de ventilación, como las ventiletas, la red reventaría por la acumulación de gases, sobre todo butano. 
Como complemento de estas ventiletas existen también en varios lugares de nuestra ciudad, sobre todo en la parte del bajo de Belgrano, antigua zona de studs, unas columnas de fundición de hierro con aspecto de farol de luz de gas o kerosene que cumplen las mismas funciones de las pseudo chimeneas pero corresponden a la red cloacal secundaria.

Para quienes quieran visitarlas, o al menos tomar alguna fotografía para el recuerdo, algunas de estas chimeneas o ventiletas se encuentran en las siguientes coordenadas:

Washington, entre Congreso y Quesada (barrio de Coghlan); Alvaréz Thomas, entre Forest y 14 de Julio (las ocho esquinas, casi pegadito a la pizzería La Mezeta); Humbold entre Murillo y Padilla (junto a la cancha de Atlanta); Eduardo Acevedo entre Díaz Vélez y Juan Felipe Aranguren (Parque Centenario); Inclan entre avenida La Plata y Muñiz (fondos de Caballito, donde se encontraba el viejo Gasómetro de San Lorenzo de Almagro); Gaona y San Nicolás (Floresta); Murgiondo y Coronel Eugenio Garzón (Mataderos), Av. Regimiento Patricios y Lamadrid, entre otras.

Además se las pueden encontrar, con idénticas características, en la provincia de Buenos Aires hacia el sur de la Ciudad, llegando hasta la localidad de Berazategui, pasando por Valentín Alsina, Avellaneda, Sarandí, Wilde, Don Bosco, Quilmes, etc.

Taluego
 Fuente consultada:
 Carlos Guarella
 Berto González Montaner

Orden


Tener horarios regulares para trabajar y jugar, hacer cada día a la vez útil y agradable, y demostrar que se entiende el valor del tiempo mediante su buen empleo. Entonces la juventud será encantadora, la vejez traerá pocas lamentaciones, y la vida se convertirá en un hermoso éxito.

- Louisa May Alcott

Velo rosado


Como no los voy a recordar , se los encontré por primera vez en la mesa de luz de mi viejo , los abrí y los empecé a masticar como si fuesen chicles , mi vieja no sabía que hacer , después se lo contó a mi viejo y se reía a mandíbula batiente , mas adelante los llegué a usar yo también como se debe , ja ; ja , ja ......siempre venía alguno pinchado...


(Comentario en Facebook)

Aceite


Ibas a comprar el aceite y llevabas una botella vacía porque sin envase no te evndían.

Ojo que pesa, que no se te caiga !!!

Y cuando llegabas a casa tu mamá agujereaba la tapa a cuchillazos.

Que tiempos... 


 https://www.facebook.com/pages/YO-SOY-OCHENTOSOA/113666901990735

Telefonía en pañales



Cuando no era como es hoy en que la tecnología todo lo invade. Los otros días, riéndome con el “negro” Alvarez, le escuché decir una acertada conclusión. Sostenía que la serenata cordobesa, que el enamorado le dedicaba a su amada en las espléndidas noches de la Córdoba capital, bajo esa luna a quien cantaron grandes poetas como el “Chango” Rodriguez(“luna Cautiva”, por ejemplo), había desaparecido debido a la instalación de los porteros eléctricos. Claro,¿ se imaginan ustedes dar una serenata a través del micrófono de un portero?.


Entonces recordé el tiempo en que nuestra telefonía era diferente. No se cobraba por tiempo ni cantidad de llamadas y la persona llamada no tenía la más mínima idea de por quien era llamada. Nos juntábamos los pibes de entonces (aunque no lo crean, aún me acuerdo), alguno de los cuales con el paso del tiempo ejercimos nuestra profesión transformando la telefonía (¿Qué ironía, no?), y nos dedicábamos a divertirnos desternillándonos de risa haciendo llamadas a algún desprevenido, cuyo número obteníamos de la guía.


-Hola.¿ Hablo con lo de Pollo?

-No aquí vive Gallo.

-Puede ser. Hace mucho que no lo veo.

Cortábamos y nos caíamos al suelo de la risa.


Claro, no teníamos televisión ni internet y nuestros divertimentos eran siempre “naturalmente interactivos”.


-Hola, llamamos de Obras Sanitarias (era antes de la privatizada “Aguas Argentina” y antes de la reestatizada “AYSA”), estamos verificando el estado de la Red. ¿podría fijarse si sale agua de sus canillas?


Pasan algunos minutos y retorna el llamado

-Si señor (la amabilidad de esa época) sale agua.

-¿Y que pretendía, que saliera Coca Cola?.

Cortábamos y nuevamente la risa.


A cada cual más tonto, pero con la continuidad dudábamos de poder seguir por que la risa nos impedía hablar.

-Hola. ¿La casa de artículos para el hogar?

-Si señor (nuevamente la cortesía)

-¿Tiene en su stock lámparas de pié?

-Si señor (ídem anterior)

-Siéntelas, no sea desalmado que se le van a cansar.


Yo supongo que el inigualable TANGALANGA tomó mucho de estas inocentes (más que eso, estúpidas bromas ) para sus desopilantes rutinas telefónicas.


A mis amigos que provienen de esa época los invito a recordar y aportar usuales bromas telefónicas de entonces.


David Gleiser

Susuki


Un niño japonesito llega a Estados Unidos y el papá lo inscribe en la escuela.

El primer día de clase, la maestra presenta a Susuki, hijo de un empresario japonés, a los chicos de sexto grado.

Luego la maestra les dice a los alumnos :

-"Hoy empecemos repasando un poco de historia de América del Norte y del Sur... ¿Quién dijo "Denme la libertad o denme la muerte"?
La clase se quedó callada, excepto Susuki:

- "Lo dijo Patrick Henry,1775"

-"Muy Bien!.

¿Quién dijo "el gobierno del pueblo para el pueblo, no debe desaparecer de la faz de la tierra"?

- De nuevo, ninguna respuesta de la clase, salvo Susuki:

- "Abraham Lincoln, 1863".
La maestra, asombrada, les dice: - "Chicos, debería darles vergüenza. Susuki que es nuevo en nuestro país, sabe más de nuestra historia que ustedes".
La maestra alcanza a escuchar un susurro:
"¡A la mierda con los malditos japoneses!".

¿Quién dijo eso?, preguntó la maestra.
Nuevamente Susuki levanta su mano y dice:

-"General Mc Arthur, 1942".

La clase queda muda y uno de los chicos alcanza a decir:

"Voy a vomitar".

La maestra trata de ver quién fue el irrespetuoso:
- "Ya basta… ¿quién dijo eso?

Y Susuki dice: -"George Bush padre, al Primer ministro japonés, 1991".
Uno de los alumnos, furioso, le grita al japonés desde el fondo:

-"Chupame ésta!".

Susuki, casi saltando en su silla, le dice a la maestra:

- "Bill Clinton a Mónica Lewinsky.- 1997” .

El que era el número uno de la clase gritó:

-"Estaba primero hasta que llego este japonés de mierda. "

Y Susuki Contesta: -"Mario Vargas Llosa - Elecciones peruanas, 1990".

La clase entra en un estado de histeria. La maestra se desmaya, cunde el caos. Mientras los chicos se arremolinan alrededor de la desvanecida maestra, uno de ellos –exclama:

"¡Mierda, la cagamos, ¿ y ahora cómo salimos de este desastre sin que se den cuenta que fuimos nosotros?... . "

Y Susuki responde:

- "Cristina Fernández de Kirchner, Buenos Aires, 2011
Colaboración de Julio Cesar Fernandez

La Chinchibira

ramune-1.jpg

Le aseguro que yo no llegué a conocer estas curiosas botellas, pero si fue un pibe en los años 50 recordará que uno de los juegos más entretenidos era el de las bolitas, o canicas como se lo conoce en otros lares de latinoamérica, y como las bolitas eran importadas de china, por lo general uno se hacía de cualquier bolón o esfera que pudiera encontrar de forma gratuita. Así los rulemanes solían desaparecer por arte de magia y las botellas de gaseosa terminaban con el cuello roto.
Este efecto sobre las botellas se debía a la fabulosa botella Codd.
Resulta que en 1872 un fabricante de bebidas gaseosas llamado Hiram Codd diseñó y patentó una botella para bebidas gaseosa o carbonatadas. La botella de cuello Codd, incluía un marbete y un tapón de vidrio en el cuello.
Las botellas se llenaban al revés, y la presión del gas carbónico forzaba el tapón contra el pico, sellándola. Tenían la forma que pueden ver en las fotos, con una cámara dentro de la cual el tapón podía ser empujado para abrir la botella y no se bloqueaba al servir.

Después de su introducción, la botella se hizo extremadamente popular en Europa, Asia y Australia, aunque los bebedores de alcohol desdeñaban su uso. El término codswallop originado en cervezas vendida en botellas Codd, hizo que la cerveza se hiciera popular y conocida como wallop.

En Argentina, la marca de bebida gaseosa que la popularizó se llamaba "Chinchibira" y las primeras tiradas de botellas se hacían a pedido a una empresa radicada en Inglaterra.


El envasado Codd se produjo regularmente por muchas décadas, pero gradualmente se hizo algo pasado de moda, principalmente porque los niños rompían las botellas para extraer los tapones de bola de vidrio, evitando que el envase fuera reutilizado y dejando como resultado que estos objetos sean altamente coleccionables, particularmente en el Reino Unido, donde pagan fortunas por cada una de ellas. Una botella Codd color cobalto cuesta miles de libras esterlinas en el mercado de antigüedades.


Aquí la marca Chinchibira las utilizaba y en su libro “Recuerdos Luquenses”, Juan Luis Torres cuenta que en las primeras épocas de Lucas González, se instaló allí el inmigrante italiano Héctor Lupi, quien explotó una licorería, elaboración de soda y bebidas gaseosas.
Este modesto pero no obstante progresista industrial trajo por aquel entonces una moderna maquinaria para el gasificado y llenado de las botellas.
Por muchísimos años y hasta bien entrada la década del 60, la familia era fabricante exclusiva de la entonces famosa gaseosa Chinchibira, cuya tapa era una bolita de vidrio (considerada la primera gaseosa argentina).



Pero en la actualidad los japoneses han puesto nuevamente de moda este tipo de botellas usándolas en sus bebidas Ramune , una bebida que resulta muy difícil de abrir . El diseño de su botella y los sabores no tradicionales propuestos son dos desafíos a superar con esta bebida


Para destapar una Ramune la misma botella trae un dispositivo en una tapa plástica, con una especie de martillo que empuja la bolita hacia adentro del envase. Se presentan dos problemas aquí: aunque suene sencillo, abrir una Ramune no es fácil, se necesita de un golpe seco. La otra dificultad es beber sin que la bolita tape nuevamente el pico.


Existen dos soluciones para este último problema: hay pequeñas ranuras en la tapa de la botella de Ramune donde se sostenía la bolita originalmente, que impiden que el flujo de la bebida se detenga. La solución más sencilla consiste en rendirse y beber de la botella de Ramune con un sorbete (lo que lo convertirá en un absoluto perdedor).


El tercer escollo a vencer es el sabor de Ramune a elegir, pues hay 26 variedades, algunas más tradicionales y otras sorprendentes y exóticas como chicle, curry, Moscatel, pulpo, wasabi y cerveza de raíz.
En este video pueden ver cuales son los secretos para abrir una Ramune:



No se a ustedes pero a mi me llamó mucho la atención este invento tan extraño, que como muchos otros pareciera que se han adelantado a la tecnología existente en su tiempo.

Taluego.

Recuerdo

 «En tiempos de Perón estuve varios años sin poder trabajar en la Argentina... Me acusaban de todo, hasta del crimen de la semana que viene. Desde esa olvidable época tengo el índice de la mano derecha quebrado. Una vez más pusieron sobre mi mano una máquina de escribir y luego se sentaban arriba, otros saltaban. Buscaban deshacerme la mano pero no se percataron de un detalle: me dañaron la mano derecha y yo, para tocar la guitarra, soy zurdo. Todavía hoy, a varios años de ese hecho, hay tonos como el Si menor que me cuesta hacerlos. Los puedo ejecutar porque uso el oficio, la maña; pero realmente me cuestan.»
Atahualpa Yupanqui

Lo que quiero ahora


Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas.
O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso.
O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio.
Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí.
El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece.
Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad.
Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios.
Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno.
Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera.
Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos.
Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante.
A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas.
A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada.
Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama.
El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche.
El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno.
Un instante de belleza a diario.
No echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado.
No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería.
No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase.
Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí.
Sólo quiero eso. Casi nada o todo.

Artículo publicado en La Vanguardia por la periodista española Ángeles Caso http://www.lavanguardia.com/magazine/20120119/54245109494/lo-que-quiero-ahora-angeles-caso.html


Ángeles Caso (Gijón, 16 de julio de 1959) es una escritora, periodista y traductora española.En 2001 ganó el premio Fernando Lara de novela con Un largo silencio. En 1994 fue finalista del premio Planeta con El peso de las sombras, galardón que finalmente ganó el 15 de octubre de 2009 por su novela Contra el viento.
Alterna la narrativa con ensayos históricos en los que presta especial atención a la Edad Moderna y la visión de la mujer a lo largo de la Historia. También es autora del guion de la película Deseo (2002), de Gerardo Vera.
Colaboración de Marga Grigera

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