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Una mentira inocente


Mi esposa y yo estábamos ya listos para irnos a la fiesta de Año Nuevo. Puse la luz del porche y la contestadora. Tapé la jaula del loro, saqué la gata al patio y pedí un taxi por si regresaba con aliento alcohólico... llegó enseguida.

Al abrir la puerta de calle para salir, la gata que estaba en el patio, se metió como bólido a la casa, pero no podemos dejarla adentro porque siempre anda tratando de comerse al loro. Entré para atraparla y sacarla nuevamente al patio; subió rapidísimo las escaleras y tuve que perseguirla.

Mientras tanto, mi esposa va y se sienta en el taxi. Para que el taxista no sepa que no habrá nadie en casa durante la noche, le dice al chofer: “Mi marido viene enseguida; subió a despedirse de mi mamá.”

Unos minutos después, me meto al taxi. “Perdón la demora” dije. “La muy estúpida estaba escondida bajo la cama. Tuve que enlazarla con una soga para sacarla. Trató de escaparse, así que la agarré del cogote y le di unas palmadas para calmarla. Pero comenzó a sacudirse como loca y la tuve que envolver en una manta porque la desgraciada me quería arañar… Así que para evitar que se escapara, la arrastré del rabo por las escaleras y la tiré al patio. ¡Es un quilombo lo que hay que luchar con ella cada vez que salimos!”

Los ojos de mi mujer se salían de sus órbitas y...el taxista…chocó contra un auto estacionado.
 
Colaboración de Corina Rolón.

Alegria y Tristeza


Alegria y Tristeza

No cambio la tristeza de mi corazón por la alegría de la gente, ni mis ocultas lágrimas por una sonrisa. Prefiero que mi vida sea una lágrima y una sonrisa...

Una lágrima que purifique el corazón, me revele los secretos de la vida y su oculto sentido, y una sonrisa que me acerque a los humanos.

Una lágrima con la que pueda acompañar a los desdichados, y una sonrisa que simbolice mi alegría en la vida.

Quiero morir anhelante y no vivir en el tedio.

Deseo que haya en las profundidades de mi alma, sed de amor y belleza; porque miré y vi que los satisfechos son miserables esclavos de la materia; y escuché y oí que los suspiros del anhelante son más dulces que la mejor música.

Llega la tarde, la flor recoge sus pétalos y duerme abrazada a su deseo; cuando llega la aurora, abre sus labios para recibir el beso del sol, porque la vida de las flores es deseo y encuentro, lágrimas y sonrisa.

Las aguas del mar se evaporan para convertirse en nubes que vagan sobre montes y valles, al encontrarse con el viento, caen llorosas sobre los campos, y luego, se unen a los ríos; al final de la jornada, vuelven a su patria, que es el mar.

La vida de las nubes es separación y encuentro, lágrimas y sonrisa.

Así, el alma se separa de Dios y camina en el mundo de la materia, luego pasa cual nube sobre la montaña de la tristeza y los valles de la alegría, y después, al encontrarse con los vientos de la muerte, regresa a su lugar de origen: al mar del amor y de la belleza.., a Dios...


Kalhil Gibran


Gibran Jalil Gibran (جبران خليل جبران بن ميخائل بن سعد Ŷibrān Jalīl Ŷibrān ibn Mijā'īl ibn Sa'd era su nombre completo en árabe) fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés nacido en Bisharri, Líbano, el 6 de enero de 1883 y fallecido el 10 de abril de 1931 en Nueva York: la causa de su muerte se determino que fue cirrosis en el hígado y tuberculosis.
 
La ortografía de su nombre más conocida procede de la transcripción inglesa del original árabe: Kahlil Gibran. La transliteración correcta en español más utilizada en publicaciones especializadas, es Yibrán Jalil Yibrán o Yubrán Jalil Yubrán.

Era el segundo de cuatro hermanos, vivió con ellos hasta los 11 años, cuando gran parte de su familia emigra a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades para trabajar y vivir. Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas su abuelo materno, del conocimiento del arte y del saber universal, que fueron base para la literatura y la pintura. Ya con el tiempo aprendió y cultivó con devoción el inglés, lengua que haría famosas sus novelas, aunque no olvidó el árabe, que perfeccionó tras su regreso a Líbano en 1898. Durante esa estancia en su país natal, destaca por su habilidad en el dibujo y nace en él la idea de escribir un libro, El Profeta, que con el tiempo sería su obra cumbre.

Su habilidad por el dibujo y la pintura lo llevó a crear obras tan importantes que se exhibieron en varias partes del mundo y llegaron a compararse con trabajos de Auguste Rodin o William Blake.

En 1902, Gibrán regresó a Boston y sin dejar de escribir, inicia su vocación por la pintura, que le llevaría a ser famoso por doquier; y es en París donde hace exponer sus obras y gana el elogio de la crítica. Luego, en la capital francesa, saca su mejor provecho cultural. En 1912 es publicado el libro Las Alas Rotas que había comenzado en 1906. Sus primeros textos los publica en la revista libanesa "Al-Manarah", una publicación fundada por el propio Gibrán, junto a Youssef Howayek. Inicia también en esa época una serie de viajes por Europa que enriquecerán su bagaje cultural.

Gibrán trabaja en la confección de El Profeta, que finalmente logra publicarse en 1923, con éxito total e imágenes de su propia autoría. Antes había publicado El Loco y posteriormente El Precursor. En esa época, malos presentimientos le invaden el alma y desea retornar a su patria, pero su salud decae constantemente hasta el final de su vida.

En 1917 fija su residencia en Nueva York (ciudad en la que falleció en 1931, a los 48 años).

Fuente Wikipedia, Textos recopilados por David Gleiser

Imágenes de un hombre bueno


En ese tiempo, en la mitad de los años 80, en el barrio nunca nadie estaba apurado. Las casas eran bajas y el sol se veía hasta lo último de la tarde. Para mí, la calesita de Don Luis era “el” paseo del fin de semana. Tenía cinco años y mi hermana, ocho. Ella, grande, caminaba entre jirafas, caballos y autitos hasta que la velocidad la obligaba a elegir. Yo me aferraba a alguna figura y abría bien los ojos. Nos reíamos. Con la sortija en la mano era todopoderoso. Quizá en aquella calesita sentí por primera vez orgullo: ¡Le gané a los grandes! No podía saberlo, pero Don Luis les había guiñado el ojo a mis papás antes. En aquel barrio, en aquel tiempo, el código era que nadie perdiera. Y Don Luis bajaba la sortija todo lo que fuera necesario. Te sonreía. Y te invitaba a dar una vuelta más gratis por la proeza que habías hecho.

Por Ezequiel Viéitez

 http://www.clarin.com/sociedad/despedida-calesitero-dio-alegria-generaciones_0_950305089.html

Cura Piola


Un billete de $100 sin estrenar va al cielo, lo atiende San Pedro y le dice que lamentablemente no lo va a poder dejar entrar, que se va a tener que ir al infierno…

Otro billete, pero de $50 nuevito, impecable, va al cielo, lo atiende San Pedro y le dice que con mucha pena no lo va a dejar entrar y que se tiene ir al infierno…

Por último, un billete de $2 todo roto, gastado, rayado, va al cielo y lo reciben con una gran fiesta, como nunca antes se había visto…

Al ver lo que estaba pasando en el cielo, los billetes de $100 y $50 salen del infierno y encaran a San Pedro, preguntándole porqué reciben con tanta algarabía a un billete sin valor, maltrecho, sucio y a ellos los dejaron afuera del cielo…

San Pedro les contesta: “Lo que pasa es que a ustedes nunca los vimos en misa…”

(Aplauso generalizado de todo el templo… aunque después, más de uno quedó pensando en el billete que había puesto en la canastita… je je)


Chiste del Pbro. Tomás Spanghero (cura párroco de Villa Ocampo) en la misa de este sábado 6 de julio 2013

Isa...Carlos de la Púa

Carlos de la Púa. Periodista y escritor. Un personaje icónico de la lunfardía y de un tiempo destacado de la cultura porteña.

Carlos Muñoz del Solar, más conocido como Carlos de la Púa o simplemente como el Malevo Muñoz, nació en La Plata en 1898 y falleció en Buenos Aires el 5 de mayo de 1950. Comenzó sus trabajos como escritor colaborando en la revista "El Hogar", luego en 1925 se incorporaba a diario Vespertino "Crítica" de Natalio Botana. Publicó un único libro: La crencha engrasada (1928), considerado la obra máxima de la lunfardía. Fue guionista de Tango (1933), una de las primeras películas sonoras del cine argentino, y dirigió otras dos: Galería de esperanzas (1934) e Internado (1935).
Su lenguaje es a veces crudo pero nunca ofensivo. Es el lenguaje de la calle, del malecón, de la cancha de fútbol .Es el lenguaje de la vida tumultuosa, verídica, exacta, cabal, que se vive, se siente y se sufre. El Malevo Muñoz, fue coetáneo de, Enrique y Raúl González Tuñón, Horacio Rega Molina, Pablo Rojas Paz, Alberto Pineta, Roberto Arlt,UlysesPetit de Murat, Sixto Pondal Ríos, Santiago Ganduglia, entre otros.

Su verdadero nombre, eclipsado por ese rotundo Malevo Muñoz que seguramente venía de su manera de Ser, entre desdeñosa y displicente, en su modo de hablar lacónicamente porteño, era Carlos Muñoz del Solar, y la resonancia de este apellido habla de una cuna que él podría denominar bacana y lo era. Una bohemia sanguínea lo llevó a la calle en edad temprana y allí debe haber recibido el agua lustral de su nuevo bautizo, agua detenida junto a la vereda en aquellos años de después del Centenario.
También se lo llamaba indistintamente Carlos de la púa, seudónimo con el que firmó su libro. Este nombre alarga, a la vez que condensa, otro aspecto porteño de Muñoz, porque "púa" es la aguda punta del acero, el pincho, el suncho que aguza o el ingenio o el coraje en el habla popular.

Su estilo se hizo popular y comienza a ser reconocido por su humor, su desparpajo, su inconformismo.

Alumbró, allá por 1928, los versos lunfardos de La Crencha Engrasada, donde cuenta con la voz misma de la mugre, sin falsos sentimentalismos, sin lagrimones noveleros, el drama de los marginados, los eternos perdedores, a quienes sopapeó la vida sin darles ventaja alguna y hasta mezquinádoles la posibilidad de la revancha.

Desde el trágico fin de la mina aquella que se bebió la vida entre el tango y los placeres " (...) y supo en diez años toda la crueldad,/ cuando dio el remache de la fulería/ la seña jodida de la enfermedad,/ Y sin consuelo, sin una aliviada,/ la que de la mugre/ se abriera tan mal/ pagó con la chinche fatal, angustiada,/ la deuda sagrada con el arrabal", pasando por el desdichado que pagó con creces su delito, y no encuentra más horizonte que el estaño de un boliche de mala muerte para rumiar sus penas pintó la epopeya de los que alientan desde abajo, desde el dolor y la impotencia. Es un fresco de trazo realista, de tonos grises, opacos, deslucidos. Como las mismas vidas a las que canta.
El malevo Muñoz, o Carlos de la Púa, murió a los 52 años, el 9 de Marzo de 1950.


Más abajo algunas poesías del libro de nuestro personaje, LA CRENCHA ENGRASADA.(N.del C)
No olvide utilizar nuestro Diccionario Lunfardo disponible en la barra lateral.

Cacho de recuerdo

Suelo a veces curda, cuando estoy de farra,
deschavar cantando mi vida ruflera:
entonce, en silencio, escucha la barra
una historia triste de mi compañera.

Compañera buena que engrupí pendejo,
mujercita gaucha que nunca fayó,
la que tenía en los ojos un dejo
de esta tristeza que hoy tengo yo.

Era mi cotorro bulín que reunía,
como en una cufa, la gente ranera:
el mate, la ñaca y el faso corrían
mientras la encordada entraba en carrera.

¡Tenidas de viola, tenidas materas
que aún las recuerdan los tauras bichocos,
siempre rechiflados con las milongueras
de hoy, que ni saben sonarse los mocos!

¡Qué dieran las grelas que tánto hacen roncha
por tener la pinta de Pepa la Vasca,
o aquellas agayas de la parda Poncha
que murió en gayola, rasca que te rasca!

¡Ambiente debute, que sólo el recuerdo
me trae un consuelo cuando estoy de farra!
¡Tenidas queridas, que del lado izquierdo
me clavás adentro, muy hondo, la garra!

Hoy todo se ha ido. Las grelas son grilas.
Los púas, froilanes que yiran de atrapa.
La merza, chitrulos, mangueros de gilas.
¡Los guapos de pogru la copan de yapa!

Ya todo ha finichio... Con la cocaína,
con las milongueras, con los mascafrecho.
¡Cómo no extrañarte, mi ambiente, mi mina!
¡Hoy estoy garpando todo el mal que he hecho!



Tango viejo

Baile macho, debute y milonguero,
danza procaz, maleva y pretenciosa,
que llevás en el giro arrabalero
la cadencia de origen candombero
como una cinta vieja y asquerosa.

Pasión de grelas de abolengo bajo,
de quien sos, en la bronca de la vida,
un berretín con sensación de tajo,
cuando un corte las quiebra como un gajo
o les embroya el cuore una corrida.

Chimento rantifuso y porteñero
que trabajás el corazón de paco;
piropa taita, dentrador, mañero,
que vas de balancín y cadenero
rumbiando para el lao del lado flaco.

El que te baile bien debe ser púa,
manyado entre la merza de los guapos,
haber hecho un jotraba de ganzúa
y tener la sensación de la cafúa
al atávico influjo de los trapos.

Sor Bacana

Cusifái, farolera, Sor Bacana, ventuda
que das dique a la merza con las cosas shoficas,
voy a darte un apunte fulero por gilurda
a ver si con el justo que te bato te achicas.

El vento que amarrocas, medias gambas, canarios,
recuerdos de pamelas que achacaste fresquita,
ha de ser poca mosca pa' mantener otarios...
¡paparula, tortera, bulebú, milonguita!...

Nunca un buen cadenero ha de tirarte el carro
-esquenuna, vichenza, samporlina, gilota
que me das en los quimbos, justamente en el forro-.

Nunca tendrás un macho que por vos se haga chorro,
cuando toda esa runfla de farra y de cotorro
por chinchuda y por javie no te dé más pelota.



Muy claras las referencias a aquellos tiempos (1928) en cuanto a cosas y personajes. El libro está disponible en la WEB(para los curiosos)

Compilador : David Gleiser

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