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El chiflado Moe


El 4 de Mayo de 1975, en Los Ángeles, EEUU, un cáncer de pulmón acababa con la vida del gran “Moe Howard”. Nacido en Brooklyn, en 1897 con el nombre de “Moses Harry Horwitz”, su madre lo atormentaba con peinados afeminados por lo que a los 13 años se hizo él mismo el peinado “taza” que rara vez abandonó. Apasionado por el teatro siguió el camino de su hermano mayor, “Samuel Horwitz” (Shemp), quien le presenta a Ted Hearly que lo inició en el mundo del circo y con quien debuta en 1922 en la primera formación de “The Stooges”. En 1925 se casa con Helen Schonberger, quien será su pareja por el resto de su vida, con ella tuvo una hija, Joan Howard y un hijo, Paul Howard. En 1926 su mujer le pide que abandone la carrera y las giras para estar con su familia, Moe lo hace por 2 años, hasta que Hearly lo convoca nuevamente para hacer cine, para ese entonces “Larry Fine” ya era parte del grupo. Luego de algunas películas para la MGM, Moe, Larry y Shemp, se pasan a la Columbia Pictures donde harán una sensacional carrera plagada de éxitos bajo el nombre definitivo de “The Three Stooges. Shemp, el de mejor formación actoral era muy requerido para películas dramáticas y teatro por lo que se retira del grupo, su reemplazo lo eligió Moe, fue su hermano menor “Jeromme Howard” (Curly). Moe, como cabeza del grupo, consiguió un contrato fenomenal para los tres, reclutó los mejores guionistas y la mejor tecnología disponible, el resultado son casi 200 cortos de excelente factura, que perduran inalterables humorísticamente y en una calidad de imagen inusual. Moe se sentía responsable por “Curly” y cuando este enfermó y quedó hemipléjico, tuvo la intención de disolver el grupo, pero “Shemp” abandonó su carrera, se unió a su hermano y se puso a su servició para salvar “The Three Stooges”, el resultado fue impensado, la calidad actoral que imprimía Shemp, sumado a sus aportes a los guiones, elevó aún mas la calidad de sus producciones. La muerte de Shemp en 1955 provocó una tremenda depresión en Moe, que sabía que esto era el final del grupo, al que mantuvo a flote, solo porque se sentía responsable económicamente de varias familias, se sucedieron los “tercer integrante” tanto en los cortos como en los largometrajes, pero ya sin la magia de antaño. A fines de los 60 de común acuerdo, Moe y la Columbia dieron por finalizado el contrato, que a la productora le hizo ganar millones y a los Howard apenas les había alcanzado para vivir sin contratiempos. La salud de Moe se desmoronó rápidamente, vivió sus últimos años en un asilo, cuando a principios de 1975 falleció “Larry” su último gran amigo, Moe se abandonó y murió 4 meses después.

El inventor del Rastrojero



Por Esteban Raies

El sistema hace y rehace los vehículos, les agrega una prestación insignificante y los lanza –y relanza- al mercado con un impresionante aparato publicitario que los hace parecer invencibles. Hubo un hombre que sin publicidad, pero con ingenio y creatividad, inventó un automóvil y lo hizo de una vez y para siempre: el rastrojero.

La creación de Raúl Gómez, cuya vida se apagó el lunes a sus 90 años en Rosario, puede palparse en un acto simple: ver hoy día muchos rastrojeros andando por calles y avenidas, por rutas con barro, por caminos rurales, por trazas de ripio, ajenos al paso del tiempo y los miles de vehículos que lo sucedieron.

Raúl había nacido en 1924 en Roque Sáenz Peña, provincia de Chaco. Como muchos chicos se sintió atraído por los autos cuando se metió en el taller del concesionario Ford que tenían sus tíos. Cuando creció, viajó a España, pero volvió a estudiar en Rosario en la Escuela Industrial de la Nación (hoy Instituto Politécnico de Rosario), anexa a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Litoral, y se recibió de Técnico Mecánico.

Los motores -de todo tipo- movían su pasión. Se mudó a La Plata para estudiar Ingeniería Aeronáutica en la universidad, donde fue alumno de Clodoveo Pasqualini, por entonces asesor en la Fábrica Militar de Aviones; a través suyo ingresó en 1950 a ese establecimiento, en el Departamento Planta Motriz, dedicado a los bancos de ensayo de los motores a pistón y a reacción del avión Pulqui II.

Pero su vida en el Instituto Aerotécnico de Córdoba (INSTITEC) estaría signada por el proyecto de la construcción de automóviles, donde se puso a las órdenes del ingeniero Monserrat, primer Director de la Fábrica de Automóviles.

En 1952 la vida de Raúl Gómez dio un vuelto: se le encargó el desarrollo de un vehículo utilitario a partir de elementos de los 2.500 tractores Empire, importados desde Estados Unidois, que habían sido adquiridos por el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI) y ahí surgió la idea y creación del conocido Rastrojero, del cual fue el Jefe del Departamento y luego de Producción.

Tras apenas 87 días construyó el primer prototipo, lo presentó junto con la rural Gauchita y a los autos Institec el 1 de mayo de 1952. Con los prototipos aprobados se inició la producción que se inició ese mismo año y se prolongó hasta 1980, en diferentes versiones y motorizaciones.

El Ing. Gómez permaneció en Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME) hasta el 30 de abril de 1956. Luego de esta experiencia retornó a Rosario e ingresó en la fábrica de amortiguadores Fric-Rot donde se desempañó en diferentes puestos hasta su jubilación.

Cuando su familia confirmó su muerte, supimos que se había ido el hombre que pergeñó el modelo más emblemático (pero con menos publicidad) de la historia de la industria automotriz argentina. Ni más ni menos que el padre del rastrojero.

Un documental sobre el rastrojero

Los realizadores Marcos Pastor y Miguel Colombo trazaron una biografia de los vehículos automotores paridos en las Industrias Mecanicas del Estado. Particularmente de la camioneta Rastrojera, cuyo nombre, a pura presencia bruta, se generalizo y terminó designando a toda una raza de vehiculos anteriores a la aparicion del concepto 4X4.

A partir de una serie de entrevistas a ex operarios de la fábrica y de un uso extensivo del material de archivo, el filme se empeña en ordenar una cronologia que no permite mayores descubrimientos respecto de los cambios en las politicas industriales de los ultimos sesenta anos, aunque los espectadores más jovenes podrán conocer uno de los emblemas del progreso -a su vez, un simbolo peronista- mas fijados en la memoria colectiva nacional. Lejos de los medios de transporte y sus diversas involuciones.
 
 http://elfederal.com.ar

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